martes, 10 de marzo de 2009

ROMA

Los orígenes de la ciudad de Roma

Mucho se ha dicho y escrito sobre los orígenes de esta ciudad; leyendas magníficas sobre su fundación y florecimiento; de héroes, saqueos, raptos y guerras. Con este artículo empieza una serie dedicada a la fundación de Roma, donde descubriremos el origen de las tribus que la fundaron, las primeras organizaciones políticas, sociales y militares, las costumbres, la religión, los reyes y las leyes. En definitiva, todos los aspectos que propiciaron y terminaron con la creación de la República de Roma. Como bien afirma el dicho, “Roma no se construyó en un día”, y dejando a un lado la mitología (objeto de futuros artículos), daremos una visión aproximada de la fundación de la ciudad eterna.

Las tribus tiberinas. Los ramnes, ticios y lúceres

Según las primeras noticias de que se dispone, los habitantes de la ciudad fundada a orillas del Tíber no se llamaban romanos, sino ramnes. Originariamente, los ramnes no ocupaban solos las colinas tiberinas, sino que lo hacían junto a los ticios y los lúceres. Tenían sus fortalezas en las cimas de las colinas, y las aldeas en la llanura inmediata, en donde cultivaban. La situación estratégica de estos asentamientos ofrecían a los barqueros que bajaban por el Tíber hasta su desembocadura una escala fácil y un refugio más seguro que el que proporcionaba cualquier puerto de la costa a los barcos que huían de los piratas. Así pues, Roma debe su rápida importancia, no a su fundación, sino a circunstancias comerciales y estratégicas.

Roma y las siete colinas

Todo indica que la ciudad original a partir de la cual nacería la futura Roma se formó con la fusión de los pueblos que habitaban el Quirinal, Celio y Esquilino,y debió ubicarse en el monte Palatino, recibiendo el nombre de Roma Quadrata, por la forma de cuadrado irregular de dicha colina. Hallazgos hechos aseguran que allí se encontraba el símbolo sagrado de la ciudad, el Mundus, donde cada uno de los primeros habitantes depositó todos los objetos de necesidad doméstica y un puñado detierra de su lugar de origen. Además, se hallaba el edificio público donde se reunían las curias1, cada una en su hogar particular. Allí estaba el templo donde se guardaban los escudos sagrados de Marte, y también el santuario del lobo (lúpercal) y la morada del sacerdote de Júpiter.

El Palatino fue, por lo tanto, la ubicación primitiva de la ciudad romana, encerrada en la entonces única muralla. Pero los habitantes construían también sus viviendas a las afueras de la fortaleza. Las barriadas más antiguas, que luego formarían el primer cuartel de los cuatro en los que Servio Tulio dividió la ciudad, se extendieron debajo del Palatino, hacia las marismas que descendían entre este y el Capitolino. Otro cuartel comprendía el arrabal construido sobre el monte Celio. Otros arrabales se extendieron hacia el Esquilino y hacia la llanura entre este y el Quirinal.

Pero la Roma Quadrata no era la única amurallada. El Quirinal fue, sin duda, el centro de otra ciudad independiente (pese a que algunos de sus habitantes prefirieran abandonar ese asentamiento para fundar la Roma Quadrata junto con los pueblos que ocupaban el Esquilino y el Celio), lo que da explicación a la construcción de la fortaleza en el valle entre el Esquilino y el Quirinal, ya que en este punto chocaban los dos territorios y los palatinos, que dominaban el valle, lo fortificaron para defenderse de los posibles ataques. No obstante, el desarrollo parejo de ambas ciudades y la similitud entre sus instituciones, propició la fusión en una sola ciudad, y también la ampliación de la muralla, que abarcaba las antiguas ciudades del Palatino y el Quirinal, ahora ya una sola ciudad, y las alturas del Capitolino y el Aventino. A los tres cuarteles de la ciudad palatina (el Palatino, la Subura (en el valle entre el Esquilino y el Quirinal) y el Esquilies -en el valle entre el Palatino y el Esquilino) se suma ahora un cuarto, el de la ciudad de la colina Quirinal. Con la unión de ambas ciudades surgió la Civitas (ciudad) llamada Roma, y con ella, nace la Monarquía romana, la cual será objeto del siguiente artículo, donde profundizaremos un poco más en la fundación de la ciudad y los primeros reyes.

II.-Organización política de la República Romana.

El senado aumentó en prestigio y poder, gracias a la expansión romana durante la segunda mitad de la república. Las asambleas populares, sin embargo se desprestigiaron y perdieron poder al ser fácilmente manipulables, influyendo los senadores en las votaciones. Los nobles senadores se convierten en una oligarquía cerrada con alianzas familiares, habiendo cada vez menos “hombres nuevos” en las magistraturas. Se realizaba mucho la adopción de hijos, con un carácter político muy evidente. Todo ello llevó a cabo la crisis republicana.


Expansión del Imperio Romano:

fue una etapa de la civilización romana en la Antiguedad clásica caracterizada por una forma de gobierno autocrática. El nacimiento del imperio viene precedido por la expansión de su capital, Roma, que extendió su control en torno al Mar Mediterraneo. Bajo la etapa imperial los dominios de Roma siguieron aumentando, llegando a su máxima extensión durante el reinado de Trajano, abarcando desde el Océano Atlántico al oeste hasta las orillas del Mar Negro, el Mar Rojo y el Golfo Pérsico al este, y desde el desierto del Sahara al sur hasta las tierras boscosas a orillas de los ríos Rin y Danubio y la frontera con Caledonia al norte. Su superficie máxima estimada sería de unos 6,14 millones de km2.

sistema político y organización social.

sistema político: es la plasmación organizativa de un conjunto de interacciones estables a través las cuales ejerce la política en un contexto limitado.

organización social: es un grupo de personas que interactúan entre sí, en virtud de que mantienen determinadas relaciones sociales con el fin de obtener ciertos objetivos. También puede definirse en un sentido más estrecho como cualquier institución en una sociedad que trabaja para socializar a los grupos o gente que pertenece a ellos.

La romanización: La conquista romana se fue acercando a los lindes de los pueblos vascones según los romanos avanzaban por el Ebro y la Aquitania colonizando a distintos pueblos (celtíberos, jacetanos....) La incorporación de tierras vascas al Imperio se efectuó en el siglo I a.n.e., condicionada por la geografía y los intereses geoestratégicos y económicos de Roma.

La presencia colonizadora abarcó 5 siglos. Se evidenció en los establecimientos urbanos; actividades agrícolas, comerciales, mineras y forestales; vías de comunicación y obras de infraestructura; e influencia del latín en la lengua vasca. Dicha presencia no se dio de modo generalizada. En la franja central y sur (centro y sur de Araba y Nafarroa) la romanización fue importante. En el País Vasco continental, ligado a la Aquitania conquistada y la provincia Novempopulania, también fue muy marcada. En cambio, en zonas apartadas de ambas franjas, por razones de escaso interés económico o estratégico, y en la zona litoral (Bizkaia y Gipuzkoa) fue escasa y circunscrita a determinados puntos o nula. Estas tierras (de montañas, valles profundos, tupidos bosques, pobladores inhóspitos...) que quedaron a salvo de la colonización fueron las que los escritores latinos llamaron el Saltus vascón, diferenciándolo del Ager romanizado

La religión romana :
es una ciudad del sur de Europa, en la Península Itálica, que antiguamente fue capital del Imperio romano, y hoy es capital del estado moderno de Italia.

Situada en el centro de la península, en la región del Lacio, a ambas orillas del río Tiber a unos 20 km de su desembocadura en el mar tirreno, en el centro del mar mediterráneo, fuente de sus riquezas. Población: 2.718.768 habitantes, que unidos a los de su área metropolitana, se elevan a 3.700.000.

Su importancia histórica es enorme. Cuna de la civilización occidental, atrae cada año a millones de visitantes, atraídos por las ruinas de su antiguo esplendor y sus incalculables obras de arte.

Enclavado en la zona oeste de la ciudad se encuentra el Vaticano, que constituye un estado independiente y soberano, centro de la Iglesia Católica.

El cristianismo: es una religión monoteísta de origen judío que se basa en el reconocimiento de Jesús de Nazaret como su fundador y figura central. Sus seguidores creen que Jesús es el hijo de Dios y el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, muriendo por los pecados del género humano, resucitando luego de ello. Dentro de sus escritos sagrados, comparte con el judaísmo el Tanaj, llamado Antiguo Testamento por los cristianos. Por este motivo es considerada una religión abrahámica junto al Judaísmo y al Islam.

Cultura romana : fue el resultado de un importante intercambio entre civilizaciones diferentes: la cultura griega y las culturas desarrolladas en Oriente (Mesopotamia y Egipto, sobre todo) contribuyeron a formar la cultura y el arte de los romanos. Uno de los vehículos que más contribuyó a la universalización de la cultura romana, que pronto fue la de todo el imperio, fue el uso del latín como lengua común de todos los pueblos sometidos a Roma.


1 comentario:

Pedro dijo...

He leîdo tu artîculo con mediana atenciôn, porque el color que elegiste para las letras cansa. Pero segûn mi punto de vista, el cristianismo o al menos el catolicismo, no es monoteîsta.